Articulo compartido en VoxPopuli por nuestra Directora creativa y Co- founder Francesca Dasso:
Hace un tiempo desarrollé un mapa de clima social para uno de los proyectos mineros más grandes del Perú. Este proceso fue una experiencia de co-creación, donde yo como consultora, acompañé a los trabajadores de la mina a imaginar, diseñar y ejecutar un tablero de control destinado principalmente a prevenir el desborde social en el área de influencia de la mina. El uso creativo de las nuevas tecnologías de BI (business intelligence), permitió construir una herramienta que funcionaba como un termómetro social indicando los niveles de riesgo de las localidades aledañas. El potencial de la data unida con la fuerza comunicativa de los gráficos y de los mapas permitieron priorizar y sintetizar grandes volúmenes de información compleja – en una cultura organizacional donde la excesiva justificación y redundancia son pan de cada día, trabajar la cultura de datos es también trabajar la capacidad de síntesis y el pensamiento crítico. En este contexto, me gustaría compartir algunos de los desafíos más relevantes que enfrentamos, con el fin de arrojar luz sobre la intersección entre la transformación digital y la gestión social en el sector minero peruano.
En las últimas décadas, los esfuerzos de transformación digital en el sector minero se han centrado en la modernización de las operaciones, tanto en hardware como en software. Si bien hemos avanzado considerablemente en términos de productividad, también hemos experimentado un cambio importante – cultural y tecnológico – que hoy en día se ve en la incorporación de herramientas TICS como lo son las famosas reuniones por Zoom, Teams y los grupos de WhatsApp dentro del ámbito laboral. Sin duda alguna, la tecnología ha incrementado de manera exponencial la conectividad dentro de las organizaciones y también entre los stakeholders. Por otro lado, existen nuevas herramientas de mapeo de medios que permiten generar reportes de percepción barriendo cientos de miles de contenidos digitales, apalancando el poder y rapidez de la inteligencia artificial. A pesar de ser herramientas sumamente útiles, en el contexto minero peruano nos encontramos con una marcada brecha entre dos realidades que coexisten en el mismo espacio: por un lado, la mina de alta tecnología, y por otro, las comunidades campesinas cuyo uso de la tecnología es aún básico, aunque cada vez más extendido. ¿Cómo entonces utilizamos el poder de los datos para monitorear el clima social?
El primer desafío en la creación de un mapa de clima social radica en que “clima social” no es algo que se pueda medir directamente, es más bien el resultado de múltiples variables que al ponderarse ofrecen una aproximación a lo que llamaríamos “clima social,” concepto que es en sí mismo escurridizo. El reto es entonces identificar las variables que determinan el clima social, los indicadores que deben registrarse, medirse y ponderarse, asimismo como la frecuencia de dichos procesos. Esta combinación de indicadores incluirá factores internos y externos; no podemos adjudicar un fenómeno social unicamente a acciones (o falta de acciones) de la minera, existirán, como en cualquier sistema complejo, factores externos de carácter económico, político y ambiental, que tengan influencia sobre dicho “clima social.” Para estos casos, el uso de datos abiertos – repositorios públicos de información – es de mucha utilidad.
El siguiente desafío se refiere a la integración que exige una innovación de este tipo. La integración implica conectar áreas, procesos y sistemas operativos e informáticos, lo que se vuelve un reto considerable en una industria marcada por silos organizacionales. Es aquí donde el liderazgo desempeña un papel clave, tanto en la disolución de estos silos, como en la toma de decisiones que puedan parecer contra-intuitivas y enfrentar resistencias por parte de toda la organización, decisiones necesarias para dar esos pequeños primeros pasos que sirven como marcadores de rumbo.
Una vez identificadas las variables relevantes así como los equipos dueños de la información, es momento de hacer zoom out y considerar lo que llamamos el ciclo de vida de los datos: el proceso que abarca la adquisición, almacenamiento, procesamiento, visualización y uso de los datos; cada etapa con sus propios requisitos y desafíos. Al administrar adecuadamente los datos a lo largo de su ciclo de vida, las organizaciones pueden maximizar el valor de estos y hacerlos útiles, garantizando que la información sea precisa, completa, oportuna y relevante – nadie quiere estar trabajando con información cuyo tiempo de vida haya expirado, menos si se tiene dudas de su precisión. Llegar a optimizar el ciclo de vida de los datos, sobre todo de datos relacionados a procesos sociales, es un reto en sí mismo y requiere un enfoque consensuado y de un liderazgo que entienda el valor de los datos y por consecuencia de la cultura de datos en la gestión social. Estos son los primeros pasos necesarios para poder llevar a cabo iniciativas que utilicen la data no para describir la situación actual, sino para predecir futuros escenarios.
Si bien es cierto un mapa de clima social, tal como lo he descrito, cumple una función reactiva, es decir, permite reaccionar a los eventos descritos por el mapa, a medida que se va cultivando la cultura de datos y los sistemas operativos que la soporten, se puede pasar de la reactividad a la proactividad, es decir, mi foco ya no está en evitar un desborde social y en las señales de alerta, sino es como mejorar la calidad de vida de la población del área de influencia, identificando las necesidades no cubiertas – educación, salud , transporte – y el manejo sostenible del territorio – captación de agua, andenería, reforestación, etc .
Pasar de una mirada reactiva a una proactiva no es solo cuestión de datos, sino de un cambio de paradigma – a todo nivel – , sin embargo, cultivar una cultura de datos nos permite integrar y armonizar las acciones dentro la organización, fomentar la transparencia y el autoconocimiento – lo que no se mide no se puede gestionar – y así abrir el camino hacia un nuevo horizonte.
Francesca Dasso.
Profesional altamente calificada en innovación digital, nuevos medios y cultura de datos. Economista por la Universidad de Brown y Magister en Nuevos Medios por la Universidad de Toronto. Actualmente es consultora independiente y docente. Recibió en 2019 el Premio Nacional de Nuevos Medios por el Ministerio de Cultura del Perú.
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